Aftas en bebés (probado por una madre): ¿qué son y por qué molestan tanto?
Las aftas, aunque pequeñas, pueden causar un gran malestar, especialmente en bebés y niños pequeños. A continuación conocerás qué son, cómo reconocerlas, qué alivia el dolor y cuándo buscar ayuda médica.
¿Qué son exactamente las aftas que tanto incomodan?
“Afta” es el nombre popular de la estomatitis aftosa. Se manifiesta como pequeñas lesiones ulceradas, blanquecinas y dolorosas, generalmente con bordes enrojecidos. Aparecen en la mucosa oral: por dentro de los labios y las mejillas, en la lengua o incluso en el paladar. La sensación de ardor y dolor puede dificultar la alimentación y provocar irritabilidad, sobre todo en los bebés, que aún no logran comunicar el malestar de forma verbal.
Las aftas son benignas y no contagiosas, pero sus causas pueden variar: predisposición genética, microtraumas locales, estrés, deficiencias nutricionales, cambios hormonales y ciertos alimentos. Además, algunas condiciones inmunológicas pueden aumentar su frecuencia, lo que exige atención de los padres y, en algunos casos, consultas regulares con el pediatra o el dermatólogo.
¿Cómo saber si realmente es un afta?

Identificar un afta puede ser un reto porque otras afecciones orales producen lesiones similares. Observa las características:
Tabla comparativa: afta vs. otras lesiones
Características | Afta | Otras lesiones |
---|---|---|
Coloración | Blanquecina, con borde rojizo | Pueden variar; algunas presentan pus u otros exudados |
Tamaño | Pequeña, por lo general < 1 cm | Varía ampliamente |
Síntomas asociados | Dolor y ardor local | Puede incluir fiebre o inflamación en otras zonas |
Frecuencia | Recurrente en individuos predispuestos | Variable según la causa |
Además de lo visual, fíjate en el comportamiento del bebé: cambios en los hábitos alimentarios, más llanto o rechazo a llevar objetos o el propio dedo a la boca.
Para confirmar el diagnóstico, especialmente en casos dudosos, la consulta médica es esencial para descartar herpes simplex, infecciones bacterianas o fúngicas y otras lesiones que difieren en apariencia y tratamiento.
7 cosas que le salvaron la vida a mi bebé con aftas (¡y pueden ayudar al tuyo!)
- Agua bien fría o hielo bien envuelto: el frío alivia de inmediato, anestesia la zona y reduce el dolor.
- Leche materna directamente sobre la lesión: además de nutrir, tiene propiedades calmantes y favorece la cicatrización.
- Té de manzanilla muy suave: sus propiedades calmantes, tibio o a temperatura ambiente, alivian el malestar.
- Gel de sábila (aloe vera): conocido por su acción cicatrizante; aplicado suavemente puede acelerar la recuperación.
“Las aftas son pequeñas, pero impactan mucho el bienestar de los niños, convirtiendo momentos cotidianos en un desafío para las familias.” — Dr. Álvaro Silva, pediatra.
- Miel pura (¡solo después de 1 año!): la miel tiene propiedades antibacterianas, pero en menores de 12 meses está contraindicada.
- Agua con una pizca de bicarbonato: una solución alcalina suave puede aliviar el dolor y ayudar a la higiene local.
- Yogur natural sin azúcar: calma la zona y contribuye a restaurar la flora oral.
Importante: consulta a un profesional de la salud antes de aplicar cualquiera de estos métodos para verificar que sean adecuados y que no haya alergias.
¿Y si nada de esto funciona?

Si las soluciones caseras no dan resultado, no te desesperes: busca orientación pediátrica.
La persistencia puede indicar la necesidad de evaluar deficiencias nutricionales o problemas inmunológicos subyacentes.
El pediatra puede indicar tratamientos específicos (pomadas anestésicas, soluciones antimicrobianas o incluso tratamientos sistémicos según la gravedad y la recurrencia). En raras ocasiones, puede derivar a gastroenterología o inmunología para investigar condiciones más complejas.
El soporte emocional también importa: aunque no suelan ser graves, las aftas pueden afectar el sueño, el humor y la calidad de vida.
¿Qué darle de comer cuando el bebé tiene aftas?
Lo que conviene ofrecer
- Alimentos fríos o frescos: purés de frutas, helados adecuados para la edad.
- Líquidos a temperatura ambiente o fríos.
- Papillas y sopas tibias, fáciles de tragar.
Lo que es mejor evitar
- Comidas muy calientes o ácidas, que irritan la mucosa.
- Frutas cítricas (naranja, piña/ananás).
- Alimentos duros o crujientes que puedan traumatizar la zona.
Una dieta cuidadosa alivia el dolor, evita nuevos traumas y asegura los nutrientes necesarios para acelerar la recuperación.
La edad adecuada para cada remedio casero
Ten siempre en cuenta la edad y consulta al pediatra. El sistema inmunitario y el riesgo de alergias cambian con el desarrollo.
Remedio | Recomendación por edad | Notas |
---|---|---|
Leche materna | Apta en todas las edades | Calmante y protectora |
Agua fría / hielo envuelto | Apta con supervisión | No aplicar hielo directo sobre la mucosa |
Té de manzanilla suave | Con cautela en lactantes | Introducir gradualmente y observar tolerancia |
Gel de sábila (aloe vera) | Con prueba de parche | Usar gel apto para uso oral; suspender ante irritación |
Solución de bicarbonato (muy diluida) | Con orientación profesional | Evitar concentraciones altas |
Miel | Solo > 12 meses | Riesgo de botulismo en menores de 1 año |
Yogur natural sin azúcar | Según la dieta/edad | Evitar sabores ácidos |
¿Cuánto tarda en curarse un afta?
Depende del tamaño y la gravedad, pero en general las aftas simples cicatrizan espontáneamente en 7 a 14 días. Deficiencias de hierro, ácido fólico o vitamina B12, así como alteraciones inmunológicas, pueden prolongar o cronificar los episodios y requieren evaluación médica.
Cómo evitar que vuelvan
- Mantén una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales.
- Reduce el estrés: un entorno tranquilo ayuda.
- Evita alimentos desencadenantes (muy ácidos o muy condimentados).
- Garantiza higiene oral suave desde temprano.
Los controles regulares con el pediatra ayudan a detectar factores predisponentes y a intervenir antes de que se vuelvan recurrentes.
Cómo nos sentimos los padres cuando nuestro bebé tiene aftas
Ser madre o padre es una experiencia llena de amor, pero también de preocupaciones. Ver a un bebé sufrir por aftas —sin poder expresar con claridad su dolor— genera impotencia y ansiedad.
Es común sentirse culpable o inseguro, preguntándose si se pudo haber evitado. Recuerda: las aftas son frecuentes y, muchas veces, inevitables.
Brindar consuelo y buscar soluciones proactivas ayuda a atravesar mejor esta etapa.
Verdades y mitos sobre las aftas en bebés
- “Las aftas se pegan de una persona a otra”: Falso. No son contagiosas (aunque se parezcan a otras afecciones que sí lo son).
- “Siempre las causa un virus”: No exactamente. También pueden deberse a traumas o deficiencias nutricionales.
- “Poner azúcar encima ayuda a curar”: Mito. El azúcar irrita la mucosa; elige tratamientos adecuados.
- “Los bebés no sienten tanto dolor”: Falso. Sienten dolor significativo, solo que les cuesta expresarlo.
- “Siempre necesitan antibióticos”: Incorrecto. La mayoría no requiere antibióticos porque no son infecciones bacterianas.
Lo que me dijo la pediatra
Durante una crisis, la pediatra nos indicó mantener la calma y observar patrones de recurrencia (que podrían sugerir deficiencias o alergias). Recomendó pomadas tópicas indicadas por profesionales para aliviar el dolor y mantener una dieta equilibrada. También insistió en no usar antibióticos ni otros fármacos sin indicación, ya que muchas veces no son necesarios y pueden tener efectos adversos. Tener un plan de acción hizo los siguientes episodios más llevaderos.
¡Cuándo hay que correr al médico!
Señales de alerta
- Lesión que dura más de 2 semanas sin mejoría.
- Fiebre alta y persistente.
- Pérdida de peso o rechazo mantenido de alimentos y líquidos.
- Lesiones múltiples que confluyen o reaparecen con frecuencia.
En estos casos, busca un diagnóstico más profundo para descartar condiciones de base.
Cómo ayudar a tu bebé a pasar este momento
- Ofrece alimentos y bebidas a temperaturas que no irriten.
- Usa anestésicos tópicos o analgésicos prescritos.
- Mantén un ambiente tranquilo; usa distracciones (juguetes, libros).
- Brinda cariño y paciencia; el apoyo emocional es clave.
Sugerencia práctica: lleva un registro (app o cuaderno) de la frecuencia, duración y circunstancias de cada episodio para conversar con el pediatra.
Resumen rápido (para no olvidar)
- Las aftas son comunes y tienen múltiples causas (desde traumas a deficiencias).
- Los remedios caseros pueden aliviar, pero siempre con orientación profesional.
- La dieta debe ajustarse para evitar irritaciones.
- Busca ayuda si persisten o aparecen signos de alarma.
- El cuidado físico y emocional acelera la recuperación.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Cuánto duran las aftas?
Por lo general, 7 a 14 días.
¿Son contagiosas?
No.
¿Debo consultar al médico?
Sí, si duran más de dos semanas o vienen con otros síntomas.
¿Puedo usar cualquier remedio casero?
Consulta siempre al pediatra antes, para garantizar seguridad y adecuación.
¿Las causa una mala higiene bucal?
No necesariamente: existen múltiples factores, incluida la herencia.
Conclusión
La presencia de aftas en bebés es un desafío para los pequeños —por el dolor y el malestar— y también para los padres, que a veces no saben cómo brindar alivio rápido y eficaz.
Con información correcta, atención a los detalles y apoyo profesional cuando sea necesario, es posible manejar las aftas de forma efectiva, garantizando el bienestar y la salud de los niños.
Aunque sea una experiencia difícil, también es una oportunidad para fortalecer el vínculo de cuidado y confianza entre padres e hijos.